Gisella Canales Ewest
Experta en educación financiera
La etapa universitaria es decisiva en nuestras vidas. No solamente porque estamos adquiriendo las herramientas con las que nos “defenderemos” en las siguientes décadas, sino que, además, continuamos desarrollando hábitos (sobre todo financieros). Administrá tus remesas: Consejos para universitarios, aquí te traemos varios consejos.
Personalmente puedo compartirte —con base en mi experiencia— que recibir significativas cantidades de dinero a los 17 o 18 años es un arma de doble filo, pues podrías darle un uso adecuado y cuidadoso para cubrir todas tus necesidades e invertir en tu educación, o podrías desenfrenarte con los gastos y utilizar el dinero en cualquier cosa menos en prepararte para el futuro. Solamente depende de vos tomar la decisión.
Recuerdo que mientras cursaba la carrera universitaria, varios compañeros de clases y conocidos de otras carreras se encontraban en circunstancias similares: sus padres les enviaban dinero desde otro país, confiando en que ese trabajo duro en el extranjero rendiría frutos en forma de una profesión que permitiera a sus hijos tener una mejor vida de la que ellos habían conseguido. Lamentablemente no todos los veían de ese modo e hicieron mal uso de esas remesas, gastándolas en fiestas y muchas otras cosas efímeras.
En mi caso mantuve presente el dolor de la separación familiar y decidí no olvidar por qué mis padres, por separado, habían tenido que irse, y que semejante sacrificio debía valer la pena.
Y, para evitar que más jóvenes tomen malas decisiones sobre el uso de las remesas en su etapa universitaria, te recomiendo:
- Aprender a presupuestar de forma realista.
El primer paso para administrar tus remesas es saber exactamente cuánto dinero se tiene y en qué lo vas a gastar. Hacerlo de este modo reduce la posibilidad de perder tu remesa en gastos vacíos e innecesarios, que en este momento podrán parecerte buena idea, pero que más adelante verás que solo te quitaron dinero para las cosas importantes.
Para crear ese presupuesto se debe tener claridad de los ingresos. Si la remesa es siempre la misma cantidad y en fechas similares, no habrá problema; en caso de ser variable en montos y fechas, es cuando más cuidadosos debemos ser y planificar el uso de cada centavo, con base en un promedio de los últimos meses.
En ese apartado se deberá incluir todos los ingresos que recibas, por muy pequeños que parezcan (como emprendimientos y hasta esos trabajos que a veces le cobras a tus compañeros).
Lo segundo que harás es clasificar tus gastos. Generalmente los presupuestos de quienes tenemos más edad clasifican los gastos por categorías, tales como Alimentación, Transporte, Entretenimiento, Mascotas, entre otros. Para esta etapa te recomiendo simplificarlo en dos categorías: Gastos prioritarios y Gastos no prioritarios, ordenándolos según su relevancia.
En este sentido, aquellos gastos claves son:
- Alquiler y servicios a pagar en el lugar que vives, en caso de pagarlos.
- Alimentación, planificando qué comprarás preparado y qué vas a cocinar, en caso que prepares comida. Aquí debes tener sumo cuidado, pues los alimentos es uno de los gastos donde hay más pérdida y desperdicios cuando se compran insumos de más.
- Transporte: pasajes o combustible para todo el mes, en caso de tener vehículo. Si tu caso es este último, además del combustible deberás contemplar los mantenimientos, lavadas y gastos similares.
- Aranceles educativos: mensualidad, matrícula, libros y otros materiales deben garantizarse.
Luego de estos gastos, el resto se puede organizar de forma libre.
El tercer paso para crear un presupuesto realista es definir límites para cada gasto. Básicamente vas a establecer cuánto es lo máximo que podrías gastar en cada cosa y, especialmente: se deben respetar esos límites.
Si logras seguir esos tres pasos, tu presupuesto será efectivo.
- No gastes todo
El ahorro es un hábito que puede marcar una gran diferencia en tu futuro financiero, pero en Centroamérica la mayoría de los jóvenes no tiene ese hábito: la base de datos Global Findex 2021, del Banco Mundial, refleja que de los jóvenes entre 15 y 24 años solamente estos porcentajes de dicha población ahorraron ese año de manera formal (en una institución bancaria):
- Guatemala:13%*
- Honduras: 13%
- El Salvador: 11%
- Nicaragua: 10%
- Costa Rica: 25%
*(Dato de 2017, el más reciente disponible para ese país)
Si lo que buscas es que con ese dinero que estás recibiendo en la actualidad te permita sentar las bases de tu futura estabilidad financiera, tienes que empezar a cambiar la mentalidad de que todo el dinero que llegue a nuestras manos es para gastar. Hay que dejar una parte para después. Siempre.
La mejor forma de empezar es mediante el establecimiento de metas, es decir, no ahorrar por ahorrar, sino hacerlo para lograr algo específico.
Te recomiendo leer este testimonio de una joven que logró cumplir sus objetivos con ayuda de las remesas, donde comparte valiosos consejos.
Adicionalmente, es vital que contemos con un fondo de emergencia para gastos imprevistos. Esto te evitará desequilibrar los gastos de tus familiares que envían remesas en caso de alguna situación inesperada y te dará más confianza y seguridad financiera.
Te recomiendo leer: Ventajas de un fondo de emergencia y cómo conseguirlo
- Dominar el crédito, en vez que te domine
El crédito es una herramienta muy útil cuando se usa de forma estratégica y controlada, pero también puede convertirse en una trampa financiera si no se maneja adecuadamente. Según los datos del Banco Mundial, las tasas de endeudamiento de los jóvenes en Centroamérica son visiblemente mayores que las tasas de ahorro.
Este es el porcentaje de jóvenes de 15 a 24 años que en 2021 pidió dinero prestado:
- Guatemala:32%*
- Honduras: 41%
- El Salvador: 28%
- Nicaragua: 42%
- Costa Rica: 39%
*(Dato de 2017, el más reciente disponible para ese país)
¿Cómo evitar deudas innecesarias y problemáticas? Primero, priorizando el ahorro antes que el crédito a la hora de buscar recursos para comprar algo que necesitamos.
Segundo, en caso de que sí sea necesario usar crédito, investigar las tasas de interés y términos de diferentes opciones antes de tomar una decisión.
Tercero, revisar en nuestro presupuesto cuánto es nuestra capacidad de pago mensual para dicho crédito, de modo que hallemos el balance entre nuestros gastos y el nuevo compromiso financiero.
Empezá a administrar tus remesas al 100
Tal como has podido leer, administrar bien las remesas mientras se cursa la universidad es una habilidad que te beneficiará a lo largo de tu vida. Siguiendo estos consejos, no solo podrás cubrir tus necesidades actuales, sino que también te prepararás para un futuro financiero más seguro.
La clave está en planificar, priorizar y mantener una actitud responsable hacia el dinero, y para ello tu mejor aliado será un presupuesto de gastos.
¿No tenés idea de cómo hacer uno? ¡No te preocupes! preparamos una plantilla para que puedas descargar aquí, ya sea en Excel o versión para imprimir.
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Recordá: aprender a manejar tus finanzas es una inversión en vos mismo.